El Precio a pagar por un sueño

Si te pido que cierres los ojos e imagines que cumples el sueño de tu vida quizás te veas viajando por el mundo con una mochila, buceando o haciendo surf en una playa paradisíaca que has convertido en tu nuevo hogar, aprobando ese examen que te permitirá ejercer la profesión de tus sueños, triunfando en tu nuevo proyecto, trabajando en ese lugar tan prestigioso en la otra punta el mundo o formando una familia.

Existen sueños muy diferentes, además es fácil tener uno porque son gratis, pero ¿qué ocurre cuando verdaderamente quieres cumplir un sueño?

¿Qué hay detrás de esa aventura alrededor del mundo, de ese aprobado, del arranque de ese proyecto, del triunfo en una prueba deportiva o de esa mudanza?

UN PRECIO

Sí, esa cantidad de cosas que “no molan nada” y has decidido aceptar a cambio de esa otra cosa que te apasiona 🙂

Porque antes de decidirnos a dar el salto nadie nos explica punto por punto todas esas cosas a las que vamos a tener que renunciar, porque en este mundo de luz y de color la realidad, en ocasiones, puede resultar un tanto “cruda”.

Surgirán planes y tendrás que decir que NO, habrá días en los que sentirás que tu familia y amigos no te comprenden, otros para los que te prepares a conciencia y las cosas salgan justo al revés de como te imaginabas, días en los que sentirás que todo el trabajo en el que has invertido horas y horas ha terminado hecho pedacitos…

Pero quizás las “zancadillas” más fuertes no vendrán por parte de tu entorno, sino de esa persona que te encuentras cada mañana frente al espejo: surgirán dudas, miedos…, el inicio de tu relación con algo tan “guai” como la incertidumbre -a la que no estás nada acostumbrado-, aceptarás la vulnerabilidad que supone exponer tu idea al mundo con las consiguientes críticas u opiniones, te sorprenderán tus curvas emocionales: hoy te encuentras genial, mañana con un bajón terrible y pasado eres capaz de comerte el mundo.

Habrá días en los que te preguntarás por qué decidiste complicarte la vida de esta manera pudiendo seguir el camino marcado en lugar de haber creado el tuyo propio y estar desando mandarlo todo a la MIERDA.
Sin embargo, cuando parece que nunca vas a alcanzar la orilla dentro de ese río a contracorriente, pisas tierra firme y descubres que tienes más de una razón para seguir adelante. Hasta empiezas a sentirte cómodo en esta nueva situación; porque estás consiguiendo algo que realmente te importa y queramos o no todo en la vida tiene un precio, y tú este estás dispuesto a pagarlo.

Has asumido un riesgo del que esperas un buen resultado, pero sino ¿sabes que dijo Les Brown?

“Que si te equivocas apuntando a la luna, aterrizarás entre las estrellas”

Oh yeah! ¿Suena bien, verdad?, porque ya sabes que lo importante es no pararse y continuar porque los resultados van a llegar.
Esto te lo dice alguien que todas las mañanas se pelea con una hoja en blanco  (DESESPERACIÓN-CON-LA-ESCRITURA-MODO-ON), que intenta llenar con textos que aporten valor a los demás.

Por eso es importante que si quieres conseguir algo, te plantees el precio que estás dispuesto a pagar por ello. Porque quizás tengas que vaciar un poco más los bolsillos, arriesgar más o cambiar lo que ya no funciona.

Dicen que las buenas noticias les suelen llegar a aquellos que se arriesgan sin miedo a perder, ¿Seguro qué no quieres intentarlo?

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